Ojos esmeralda, fuego y oro
Desde que tus pupilas amanecieron en las mías, algo arde en mi centro.
Puedo ganar todas las batallas
aunque estén perdidas,
tus ojos conquistaron todos mis miedos.
Quisiera regalarte la canción
de una princesa de cabellos de sol.
Tus ojos son la luz del día,
la que disuelve la noche lóbrega del cuervo,
el canto del alba
que ahora habita mi poesía.
Autora: Bello Cuervo
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