Cátastrofe
Reflexiones Alterna
Krizia Fabiola Tovar Hernández
Sección: literatura
¿Qué carajo es el tiempo? Cuando se trata de ti no tiene significado, eres cometa que cruza una vez pero jamás podré atraparlo, con nada me quedo en la nada estoy. Vivo en una masa de horas, los días mudaron en meses con paralelo a tu ausencia, con dificultad distingo ayer, hoy, mañana. El tiempo y el cielo se congelaron, ese cielo cómplice de nuestra historia parece dormido; desde la catástrofe está inmerso en una noche sin luna, a mi alrededor los residentes de la noche no llenan con su presencia, ni luciérnagas o búhos, permanecen las ruinas y cenizas, arboles derruidos, lagos muertos, el eco de una devastación.
Luego de la catástrofe el cielo fue mi única voz, reunió sus pocas fuerzas para gritar de todas las formas fenoménicas lo que te negaste a escuchar. ¡Las interrogantes, los reclamos, el amor! Las gélidas brisas susurraron tu nombre a diario hasta que la razón me abandonó. Quien diría que este par de locos miserables lo tenían todo, soltarían sus manos en el peor instante y terminarían en un agujero negro de miedo sin verse nunca más.
Caleidoscopio de recuerdos… la más bella tormenta nos envolvió entonces un baile torpe inició; neófitos sentires empaparon nuestras almas y cuerpos, el agua arrasó con cada secreto, cada mascara… desnudos y limpios nos dejó; tus frías manos, un mapa de cicatrices, el cobijo de tus brazos, nadie refleja esa sonrisa tuya de niño que paralizaba mis sentidos…es ahora un letargo no verte, no escucharte o tocarte, degustar tu piel y percibir su aroma a limón, soy incapaz de amarte bajo la lluvia de nuevo porque no tengo a ninguno … sólo tenías que quedarte para siempre a mi lado…
¿Aún soy tu libro favorito? Recuerdo otra tormenta donde delicadamente abriste este ignoto libro, lo leíste como realmente es y arrancaste todos sus prejuicios, dejándole sólo su verdad; cuando todo cayó en el caos, no comprendías como tu partida durante aquella tarde de abril, fue lo que me ahogó en agonía, no deseo mirar otra vez esa forzada amnesia en tus ojos para un segundo después ser una extraña… ¡Tuviste la valentía de estipular el maldito olvido como ultimátum sin garantía de tu regreso! Y como asfixia, y arde, y aturde y aniquila…
Convertido en huracán me arrojaste lejos de tu mundo; a tu vida rodeada por una frontera me limito a imaginarla pero quisiera ser parte de ella, es un anhelo vacío al despertar. En los relámpagos escuchamos los miedos, el temblor de nuestros cuerpos, un fuego de ira consumió cada recóndito paraje y el ciclón de aquel último beso fueron los autores de la catástrofe. Me arrebataste tu amor y cual ladrón huiste creyendo que era la solución; este amor que irrumpió contra los años de una vida, una vida que no vuelve a ser la misma, el final y el inicio de algo, una pausa, un suspiro largo…
Esta catástrofe es una obra de arte, lo único que tengo de ti, mas he comenzado por pegar mis partes rotas, a limpiar los escombros, aunque aquí el dolor es el oxígeno, por lo menos estoy viva.
De pronto el cielo se sacude, pues la luna clama su lugar, las luciérnagas apagan la soledad, los búhos rompen el silencio, todo recupera movimiento, el cielo cobra sosiego, así sé que vendrá el amanecer pero me encuentro a tu espera…
Si lo digo en voz alta vas a escapar como agua entre mis dedos, como una bella imagen que pierden las pupilas al parpadear, te lo juro, dentro de esta penumbra hay una esperanza, prevaleces en mis deseos más profundos, hoy eres un sueño ya perdido, una rosa marchita pero yo sigo esperándote como la niña tontamente enamorada.
El sol saldrá sin pedirle permiso a tu ausencia, pero dime… ¿Alguna vez miras hacia acá? ¿Te encontrare al otro lado de este cataclismo? Porque no importa el destino, tú y yo somos esa catástrofe difícil de olvidar…
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