La estafa de Dios

 

A mi perrita schnauzer Luka

Una guerrera

 

Empezó con un poco de polvo de estrella de Sirio para crear a los guías que habrían de salvar a los seres humanos demasiado irracionales para lo más elemental en el camino del sinsentido de la vida: el amor.

Mas no cualquier tipo de amor, sino el más puro.

Procedió a mezclar oro y hermoso pelaje, Dios creó entonces a los perros al vernos tan perdidos y solos.

Habría así de encontrar el amor y compañía incondicional que tanto se enfrascaba en encontrar inútilmente entre sus semejantes. El humano tendría que aprender y más le valía temprano.

Sin embargo, esto escondía una trampa…

Sí que tendría la dicha de disfrutar de ese amor, pero le sería arrebatado pronto; el perro tendría menos años de vida que el humano sólo para guiarlo hacía su verdadero sendero, algunos tendrían la dicha de irse junto a sus perros, otros antes y a unos cuántos solo estarían pocos años sin sus compañeros de cuatro patas. Pero existirían los desgraciados que tendrían que recorrer décadas sin ellos.

Así, bastaba con cuidarse de las manos de Dios, pues podría ofrecer la absoluta nada o, en el mejor de los casos, la miseria de unos pocos años…

 

autora: Krizia Fabiola Tovar Hernandez 

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