Libre du péché

 Mon alié?

Mon ami?

Peux-je baisser l’arc

et laisser de jouer aux échecs

dans ce désert?

 

Murmuremos misteriosas lenguas,

para ellos, para ella, para él…

 

Él me prohibió acercarme

a los navíos cerca de las costas

del hechizo de nuestra cárcel De profundis,

él me prohibió acercarme

al niño que habla otras lenguas.

 

Mas creo que no sabes hablarme

en lirios,

¿cuál es tu idioma?

¿Rosas o espinas?

 

¿Este mar de vida nueva

por qué ofrendó

tu beso dionisíaco

cual renacimiento

a mi ciudad de cuervos?

 

Beso a mitad de los labios,

arrastrado por otro más violento

acaricias con tu palma mi seno

el hilo dorado de una brisa se tensa

en aquel hueco,

suspiros flotan como pétalos,

me descubres

tomas mi mano y la diriges

hacia la nota más alta

un piano se escucha en la lejanía.

 

Dulce llovizna,

ciclón de medianoche,

cielo o infierno,

sóleil ou lune.

 

Tu penses que je connais pas

limbes ou couchers de soleil gris

mais c’est lá que j’ai vecú.

 

He escuchado un piano

en el gran salón de navío principal,

cuervos se cuelan

para posarse en sus teclas

imagino tu sexo, tus manos…

¡necesito más!

 

¿Confías en los cuervos?

¿O te asusta su pecado?

¿Continuarías sin arrepentirte?

 

Me has mostrado

la alquimia

de tus cadenas en astros

narrando

la historia de tu humanidad.

 

A ti no te traicionaría

vi tu sombra detrás de mi arco,

cínico y sincero,

solo flechas de mis versos

penetrarían tus secretos

y los guardaría en mi piel.

 

Tu sonrisa

detrás de mi arco,

de prisión en prisión,

de pecado en pecado,

me liberas de los míos.

 

El piano tocaba tu nombre

mientras tu rodilla buscaba la mía,

me niego a besarte el cuello,

creí que los pianos estaban muertos

dentro de mis venas.

 

Tu oleaje ahogaría mi cuerpo

al compás de una nueva melodía

de un piano renacido.

 

Hablemos una lengua,

un suspiro húmedo

que atraviesa el gentío,

sin que nadie comprenda,

solo tú y yo,

¿recuerdas aquel día?

 

Seríamos amigos

que comparten

secretos y pecados

te daría la mano

y firmaría una verdadera alianza.

 

La llave de este instante

abre el cosmos de mi poesía,

libre du péché…

 

Si has de convertir tus navíos en papel

y no visitas más las costas de los cuervos,

veux-tu jouer du piano avec moi?

 

 

SemblanzaKrizia Fabiola Tovar Hernández nació en el Estado de México, en 1996. Algunos de sus escritos aparecieron en las revistas Reflexiones Alternas , Poetómanos, Prosa Nostra mx, revista enpoli, Teresa MAGAZINE, revista literaria pluma, pretextos literarios,  revista hispanoamericana de literatura, revista literaria monolito, Más literatura, clan Kutral, vertedero cultural, circulo literario de mujeres, perro negro de la calle, el morador del umbral,  La página escrita, La liebre de fuego, y El templo de las mil puertas, entre otras.  Estudió la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración 

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