Esperanza

 

Creo que fue la única alma que escuchó mi llanto camuflado por la tormenta. Ella y nadie más. Ni siquiera yo quería ser consciente de mi almohada empapada; en realidad fantaseaba con un interruptor para emociones.

Tenía una bala incrustada en el centro del corazón, o al menos esta era la metáfora más cercana para describir el dolor, el peor en mis veintitrés años.

“¿Por qué mi amigo ya no estaba aquí? ¿Por qué vivo esto? ¿Por qué está en ese frío ataúd cuando tenía tantas cosas que hacer, sentir, escribir? ¿Por qué no volveré a leer otro de sus poemas? ¿Por qué decidió irse de aquí? ¿Cuál era su dolor más grande que nadie supimos ver? ¿Por qué me quedaba sola? ¿Por qué … por qué… por qué?”

Le vi apenas las orejas curiosas, Luka, mi perrita schnauzer sal pimienta, se acercó sigilosamente hacia mi tempestad, no tenía miedo del abismo en mi interior, incluso parecía revelarse de alguna manera, valiente, imponente, fuerte.

Sin más, se acercó a mi corazón, justo encima de la bala, me devolvió la respiración, así permaneció toda la noche.  Aquel día supe que mi medicina para tener esperanza eran unos pelos color sal pimienta.

 SemblanzaKrizia Fabiola Tovar Hernández nació en el Estado de México, en 1996. Algunos de sus escritos aparecieron en las revistas Reflexiones Alternas , Poetómanos, Prosa Nostra mx, revista enpoli, Teresa MAGAZINE, revista literaria pluma, pretextos literarios,  revista hispanoamericana de literatura, revista literaria monolito, Más literatura, clan Kutral, vertedero cultural, circulo literario de mujeres, perro negro de la calle, el morador del umbral,  La página escrita, La liebre de fuego, y El templo de las mil puertas, entre otras.  Estudió la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración Humanística

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