¿Es realmente aburrido el ensayo literario?


¿Conoces el ensayo literario mexicano? Estoy especialmente segura de que no es así, no es demasiado popular, hay muchos rumores alrededor del ensayo literario, radio pasillo puede dañar su reputación, lo cual me lleva a formularte otra pregunta:

¿Qué prejuicios tienes que te impiden acercarte a este género? Porque se dice que es aburrido, elitista (o sea medio fresa), repetitivo, un poco raro; puede encajar en el grupo de amigos del cuento o de la poesía, incluso un poco parte de la ciencia, pero al mismo tiempo no es así. Incluso está presente la cuestión de que nadie lo conoce y tampoco quieren darse el tiempo, pero el ensayo literario esconde muchas sorpresas.

¿Te gustaría comenzar a comprender el ensayo literario en México? Entonces puedo recomendarte a una autora muy joven, contemporánea, cuyo lenguaje y perspectiva no es tan ajena a nosotros.

Esta autora ganó el IX Certamen Internacional de literatura del premio Sor Juana Inés de la Cruz 2017 por su libro Tomografía de lo ínfimo en la respectiva categoría de ensayo a la edad de veintitrés años, premio que otorga cada año el gobierno del Estado de México. Dicha premiación abarca la publicación de la obra más $400, 000 al ganador, el jurado está constituido por tres escritores de reconocida trayectoria. Actualmente Laura Sofía forma parte de los nuevos escritores ensayistas que planean rescatar este género como son Jazmina Barrera con su libro Pepitas de calabaza y Olivia Teroba, autora de Un lugar seguro.

 

He aquí un libro de buena fe, lector. En él advertirás desde el principio que no me he propuesto, al hacerlo, fin alguno, no siendo doméstico o privado. No he tenido en la menor consideración tu servicio ni mi gloria, porque mis fuerzas no son capaces de ello. Lo he dedicado al uso particular de mis parientes y amigos para que, cuando me pierdan (lo que sucederá muy pronto), puedan volver a hallar en él algunos rasgos de mi condición y humor, por este medio les quepa nutrir y tornar más entero y más vivo el conocimiento que tuvieron de mí. (Montaigne, 2018, p. XXVII)

 

Tal como estipula Montaigne, el padre del ensayo, este género se concentra en la libertad de abordar cualquier tema desde la perspectiva del yo, no pretende dar verdades absolutas, sino que será de carácter definitorio de la adopción de un punto de vista y, sobre todo, lo más importante será la forma de contar esa perspectiva que, a palabras de la propia Laura Sofía se trata de enriquecer el pensamiento a partir de un lenguaje bello que rompa con las normas. (Rivero, 2018, par.3)

El ensayo literario aún abre debate para definirlo a ciencia cierta, por una parte, Liliana Weinberg refiere que son numerosas las definiciones del ensayo al tomar como representante la figura de Proteo, un ser de la mitología griega quien tenía la facultad de cambiar de forma, debido su carácter metamórfico es usado para determinar al ensayo un texto multifacético en su estructura, sin embargo, ella misma quiere dar otra definición para poder conceptualizar al ensayo en su totalidad, puesto que pueden olvidarse otros aspectos del carácter del ensayo tales como su organización de un sentido, es decir, tiene un mensaje, una configuración articulada y articuladora de mundos, si bien en su expresión existe libertad para usar estructuras de un cuento o un lenguaje poético también posee ideas, investigaciones y conocimientos que el ensayista compartirá con otros. Weinberg utiliza la figura de Prometeo, el titan que dio el fuego a los hombres, ese fuego es visto como el conocimiento y en resumen expresa:

 

[…] en su esencial heterogeneidad, en su capacidad mediadora de mundos y articuladora de experiencias, […] es permanente remisión a un tiempo presente que, lejos de disolverse en el eterno acontecer ahistórico del mito, pone en evidencia el problemático, el dramático acontecer anclado en la historicidad de la experiencia social. (Weinberg, 2006, p.10)

 

Entonces, en el ensayo literario están presentes las experiencias intelectuales y personales del autor, la búsqueda de enlace entre lo particular y lo universal de dichas experiencias, a través de una situación concreta y la forma de expresar y pensar esa situación. (Weinberg, 2006, p.11)

Suele ser un género ignorado por qué no se conoce o comprende, el ensayo literario refiere a una especie de conversación enriquecedora que pretende abrir nuevos panoramas sobre un tema, también requiere una investigación por parte del ensayista al igual que un importante sentido de la responsabilidad en el impacto de sus palabras.

Ahora bien, para explicar porque el ensayo literario tiene por otro lado de su ser una parte de rigor de investigación o cierta ciencia, incluso multidisciplinario lo describe claramente el ensayista llamado Alfonso Reyes en su libro El deslinde, al catalogar a este género parte de una expresión ancilar, es decir, un intercambio de servicios entre la literatura y otras disciplinas del pensamiento escrito, pone de ejemplo los diálogos de Platón que si bien su materia a tratar es filosofía, la forma de transmitir esos conceptos es la de un dialogo literario con escenarios y personajes, asimismo es por lo que Reyes concluye por determinar al ensayo como el centauro de los géneros, por su capacidad de abarcar varios temas fuera y dentro de la literatura con una forma particular de expresión. (Reyes,1944, p.41)

Las personas comúnmente siempre se inclinan hacia un género literario especifico, los más transitados suelen ser el cuento, la novela y la poesía, sin embargo, son pocos los lectores que entran al terreno del género ensayístico, el cual no es muy popular para escribirse o leerse.

. Una idea errónea sobre este género es el hecho de pensar que va dirigido exclusivamente a un grupo de eruditos, que debes ser experto en una materia de lenguaje y literatura, pero el escenario principal del ensayo siempre fue para el público general, llegar a cada rincón sin querer ser elitista; al contrario, el ensayo pretende darle humanidad a lo que está santificado desde las lecturas del ensayista, así como sus experiencias, para darlo a conocer a los demás como el fuego de Prometeo.

Y reside en nuestro deber como egresados de las licenciaturas en humanidades, ayudar a comprender este género un tanto olvidado desde las nuevas propuestas literarias que están emergiendo hoy en día en nuestro país, autores que pretenden rescatar este género que nos ofrece la comprensión de nuestro mundo desde ángulos sociales, históricos y poéticos.

A lo largo de la historia del ensayo en nuestro país desde la independencia el tema fundamental ha sido México; el escritor Fernández de Lizardi ya empezaba a practicar la estructura ensayística de este tipo de textos, la identidad nacional fue el tema recurrente, claro está, a la necesidad de la libertad de expresión ante la concepción de una nueva nación que debía comprender su desprendimiento de España y desahogarse al respecto, no obstante, esto no fue sólo perteneciente a México sino al resto de latinoamericana al enfrentarse a una nueva libertad.

Sin embargo, un poco más cercanos a nuestra época, en México el ensayo literario alrededor de los últimos cincuenta años, ha dado la consolidación de grandes voces, por ejemplo, Alfonso Reyes a quien he citado antes, fue autor de algunos ensayos, en Jacob o idea de la poesía aborda el tema del surgimiento de la nueva poesía mexicana desde la figura de Juan Ruíz de Alarcón y la apropiación de esa literatura.

Salvador Novo en los años sesenta no sólo escribió teatro sino algunos ensayos literarios, muy preocupado por hablar de su presente, con un humor picaresco y con un lenguaje ameno como una conversación resalta su escrito Los mexicanos las prefieren gordas donde retrata a las mujeres de México seres especiales por su carácter a lo largo de la historia al igual que desde la gastronomía. (Novo, 2008, 224-229 pp.)

No obstante, existen muchas otras voces ensayísticas que es necesario rescatar; en los últimos cinco años, se han dado nuevas voces mexicanas que pretenden rescatar el ensayo, una de ellas es Laura Sofía Rivero.

Aparte de ser galardonada con el premio referido con anterioridad, obtuvo el premio Dolores Castro en 2016, ha sido becaria de la Fundación para las letras mexicanas y del programa Jóvenes creadores del Fonca 2018, asimismo tiene el premio estatal de la Juventud 2019 en la categoría de trayectoria artística y cultural.

Con su libro Tomografía de lo ínfimo nos recuerda que los aspectos más pequeños, cotidianos y a veces insignificantes pueden dar un enorme impacto en nuestras acciones o vida misma.

A partir del ensayo ¿Quién falta de la propina? O de las comidas en grupo podemos acercarnos al género del ensayo literario mexicano de manera jovial y cercana por su forma amena de abordar los temas más comunes pero vistos desde un ángulo particular que nos puede ayudar a considerar otra perspectiva o acompañarnos ya, en nuestra forma de concebirlo.

El argumento de este ensayo son los fracasos que implican las comidas a grupo, aquellas no planeadas y nacen en el instante. Nos remite de entrada a una comparación o símil entre una manada de animales con las salidas en grupo para ir a comer, pero, el tema esencial es el valor de la intimidad y el tiempo cosas que podemos dejar de lado cuando las dejamos en poder de cualquiera, incluso en un acto tan cotidiano, imperceptible y pequeño como la hora de la comida.

 Al utilizar un estilo lúdico durante el ensayo y algunas figuras retóricas como es la sentencia, por ejemplo: “Las salidas a comer en grupo están destinadas al fracaso” (Rivero, 2017, p.69) La estructura de este ensayo es lineal en cuanto a las ideas expuestas, ya que tiene el orden cronológico de las implicaciones de las comidas en grupo desde que surge la idea junto al entusiasmo hasta el momento de aclarar las cuentas junto a la incertidumbre de la aclaración.

Laura Sofía expone aquellos pensamientos que tenemos al momento de organizar esas salidas, el fastidio que resulta escoger el lugar pero resulta que fulanita no puede comer tal cosa o la hora de hacer cuentas al final de la comida; sin olvidar esa parte de identidad nacional en el ensayo se opta por las fondas de comida mexicana para que todos puedan comer y está lejos de ser lo que se tenía como primera opción; en ese momento la autora hace hincapié al valor de comer solo, en privado, y como las comidas en grupo exponen los modales o asquerosidades de las personas, al final uno no puede, ser quien es, “Hamlet estaba errado en sus cavilaciones, no hay mayor dilema que elegir entre mano y cubierto a la hora de sentarse a comer. “(Rivero, 2017, p. 73) En esta línea igualmente podemos ver esa parte del aspecto universal y de investigación del ensayo. Al mismo tiempo trata de una ruptura con la idea general de la estructura de la frase “ser o no ser” de Hamlet.

 Por otro lado, usa la figura retórica común es la digresión dentro del ensayo para explicar aspectos fuera del escenario principal de la comida en grupo y referirse al valor de la soledad en el acto de la comida, visto casi como ritual, termina por dar sentencia que acto tan cotidiano y de apariencia pequeño como el hecho de comer no se puede hacer con cualquiera.

En conclusión, resaltaría que, el ensayo literario consiste en una libertad de composición de la forma, tras contar una experiencia personal e intelectual del ensayista junto a una investigación fundamentada para ser compartida a un público general para que éste pueda considerar otros puntos de vista, respuestas y situaciones de un problema personal pero que al mismo es universal. Es importante leer este género porque es más cercano e incluso sensitivo tanto para el lector como para el escritor, por su estructura flexible al abarcar otras disciplinas puede ofrecer más temas, formas de abordarlo y considerar otros panoramas.

Así que espero querido lector al menos prender en ti un foquito de curiosidad por esta forma de hacer literatura que es muy hermosa porque si el cuento lleva puesto un traje elegante de ficción, o la poesía es tener una blusa transparente y un tanto deshilachada que deja ver piel, el ensayo es mostrarse completamente desnudo y orgulloso ante el mundo y la vida, eso es precisamente la esencia de la literatura.



 SemblanzaKrizia Fabiola Tovar Hernández nació en el Estado de México, en 1996. Algunos de sus escritos aparecieron en las revistas Reflexiones Alternas , Poetómanos, Prosa Nostra mx, revista enpoli, Teresa MAGAZINE, revista literaria pluma, pretextos literarios,  revista hispanoamericana de literatura, revista literaria monolito, Más literatura, clan Kutral, vertedero cultural, circulo literario de mujeres, perro negro de la calle, el morador del umbral,  La página escrita, La liebre de fuego, y El templo de las mil puertas, entre otras.  Estudió la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración Humanística.

 

Referencias:

·         Reyes, A. (1944) El deslinde. México: COLMEX

·         Montaigne, M. (2018) Ensayos.  México: Porrúa.

·         Martínez, J. (2016) El ensayo mexicano moderno I. Ciudad de México: FCE

·         Weinberg, L. (2007) Pensar el ensayo. México: Siglo XXI

·         Paredes, A. (2008) El estilo es la idea, ensayo literario hispanoamericano del siglo XX, antología crítica. México: siglo XXI

·         Rivero, L. (2017) Tomografía de lo ínfimo. Estado de México: Colección letras

  

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