Entradas

Vin bleu ( saga rosa azul)

 La ola me arrastra de nuevo al principio, a la nueva oportunidad, mas no soy cuervo y tampoco sirena, no eres el principe del mar y tampoco el hijo  de la noche, somos tú y yo, mortales y amigos. Es tu casa,  a la cuál no sé si regresaré con tazas rotas y reparadas, no sé si volveré a tomar vino azul contigo, y si la rosa azul volverá a unirnos. No sé si volverás a confiar en mí y si yo te daré una copia de mi libro,  ¿quierea olvidarme? Yo no quiero olvidar a un amigo cómo tú ¿Crees en las segundas oportunidades? ¿Creerías de nuevo en mí? Repararia cualquier taza, regresaría al tiempo, pues aunque nadie te conoce son sabidos tus últimatúm y exilios a primera voz, ¡ojalá supieras que no quiero fallarte! Tú no lo sabes mas estoy rompiendo mis profecías, me destruyo y me vuelvo a esculpir, debo salvarme... Quizá entonces vuelvas a confiarme la rosa azul.... Quizá entonces vuelva a mirar el silencio de tu sonrisa, Quizá entonces me creas cuando te escribo poemas Quizá ...

La sirène bleue (saga rosa azul)

Cuerpo de sal  cuerpo de lágrima por la espuma de ola   arribó a nueva vida, encontró mano amiga el príncipe del mar, fils de la nuit.   ¿Acaso no has escuchado la leyenda de la rose bleue ? La descubres al cruzar aquellos rosales de plata colgantes, cantarinas de tristes melodías muy cerca de la luna, es él quien la protege,  el hijo de un sueño de la noche.   Y no sé acomodar estos versos bailarines sobre burbujas ¿Cómo explicarle que se tropiezan porque se vuelven como niños frente a él? Bellos como cisnes, ¿Los leerás o romperás ahora con esta confesión?   ¿No confía en mí? ¿No me creerá? Quisiera hacer saber a mi amigo que su sonrisa los ilumina como luz de teatro, ¿mas he perdido su confianza?...   No me creerá porque escribo tantas historias   de vidas que no recuerdo,  he llorado buscando un reloj de arena, un octavo océano que me regalé de nuevo  nuestro principio  una ...

El aleteo del Hades

  Por aquellos nubarrones de tus ojos ni siquiera fuiste capaz de vislumbrar el último beso color cuervo, ¡perfecto imbécil! ¡Perfecto ególatra!   Acaricié con el rosario tu cuello, y cada perla era una lágrima seca de sentimientos muertos. ¿Cuándo te marcharás? ¡Los vivos también han ido al Hades!   Cada plegaria al ritmo, perfecto y semejante a Dios, del pulso de tu corazón.   Alguna vez tomaste mi mano junto a un ciprés, escribiste tu inicial en la entrepierna de la novia del cuervo, cuatro años de luto se despejaron tras lluvias de medianoche, mas un cuervo no nace desde cenizas de un fénix…   ¡Castigo de gloria! El remolino violento de la mano de Dios rompe en olas tus ojos compasivos, suyo espíritu de Bioy Casares, amante del cuervo, mi amante,   para revelarte ruin y cruel, cual Paz adorado por lirios podridos, rey Midas del invierno, asesino del cuervo, mi asesino, escupiste a m...

Primavera de abril

  El enjambre de mariposas anuncia la primavera de abril, nacen mi poeta y dos rosas con sus colores plateado y azul él escribe hermosos versos a mi verdadera madre, la primavera de abril y sus colores siempre la espero impaciente como Démeter a Persefone.   Autora: Bello Cuervo  

Silencio rojo

  Silencio rojo, sofocado y desahuciado, recostado sobre arena.   Poesía torturada de una vida anterior, que lleva mi nombre mas no soy yo.   Silencio rojo, mitad del peso de un soldado, la herida abierta que lleva tu nombre, no te recuerdo más.   Silencio rojo, no deseo hablar sobre ti, la poesía me es insuficiente, tú, guerra, guerra perdida a la par de retirar la bala de mi corazón, esa cruz blanca en tu pecho y tus labios con sello de otro beso.   Silencio rojo, tú, mi silencio, aquel que me avergüenza, nunca hablaré a mi descendencia, tuya la descendencia que no lleva mi sangre, la sangre que yace muerta en la costa, silencio rojo.   Es la guerra de un amor perdido, ¡tragedia de Hemingway! Los cuervos caídos en el mar viejo, secretos prohibidos que jamás confesaré al más leal amigo, silencio rojo.   Silencio rojo, tú, mi rojo tú, mi silencio, tú, mi silencio ro...

De Argos a Luka (El amor debería ganarle al dolor)

  Murió mi perrita schnauzer color sal-pimienta la mañana del 17 de septiembre, doce días antes de mi cumpleaños. Ahora entiendo por qué septiembre es melancólico y no me parece casualidad haber nacido en el noveno mes cuando también lo hace el otoño; arboles comienzan a llorar hojas marchitas y anaranjadas, y las puestas de sol siempre son acompañadas por un aire gélido. Si pudiera decir qué forma tiene el luto diría que justo es una puesta de sol, me da tanta tristeza que Luka ya no pueda mirarlas recostadas sobre la barranca verde donde ella solía correr como un cometa. Un cometa al atardecer. La casa perdió su alma, no se escuchan más las patitas correr por el pasillo o esa sacudida a las seis de la mañana, no se escuchan los ladridos, no se escucha nada. No hay rastro de las travesuras de Luka, nadie se toma el agua de horchata olvidado en alguna habitación, nadie hace ruido en la zotehuela comiendo lo que no debería, nadie se sube al comedor. Y sin embargo, su esencia s...

Sombra de México

  No es noviembre mas la muerte nos respira en la cara, frente a frente, sin amables intenciones; tal vez, así al fin despertemos; tal vez, así despierta la presidenta y enfrenta la sombra de suplicio que oprime el corazón inmortal de las madres buscadoras. Tal vez, así puedan llegar ellas también. Monstruos de los que mamá no puede salvarme, aunque duerma junto a mí como cuando era niña, sus trampas escondidas hasta en la sombra del viento. Yo rezo para no tener su tormento en mis zapatos o probar su comida sin sabor, mas no quiero ser indiferente, el frío que emana del alma de los políticos me quema hasta las uñas. Víctor, crece de mí, un jardín de espinas que de su punta se forman lirios podridos con mi sangre al pensar que un día viera tu cámara entre astillas de huesos y que la tierra seca de vida sea única testigo de tu perecer, sin volver a mirar tus ojos miel. Marco, no conocería de nuevo la calma del mar al imaginar tu mochila de natación en un horno clandestino, s...